La fábrica de Burgos reconocida por sus buenas prácticas en la economía circular

Premiada por mejorar los indicadores medioambientales entre los años 2019 y 2020, relativos a generación de residuos, consumo de energía y consumo de disolventes

La planta de Bridgestone en Burgos, continúa implicada en la labor de instalar la economía circular en sus procesos. Y eso lo ha reconocido hoy el Consorcio Nacional de Industriales del Caucho en la tercera edición sus galardones “Premio Economía Circular” que condecoran a aquellos proyectos o investigaciones que, basados en la economía circular, contribuyan o tengan el potencial de contribuir de forma sustancial al desarrollo de la competitividad empresarial, con especial atención en aquellos proyectos que incluyan la perspectiva de la sostenibilidad ambiental y social en el desarrollo y objeto de los mismos.
En concreto a Bridgestone, compañía líder mundial en neumáticos y productos derivados del caucho que se basa en su experiencia para proporcionar soluciones para una movilidad segura y sostenible, se le ha distinguido por mejorar los indicadores medioambientales entre los años 2019 y 2020, relativos a generación de residuos, consumo de energía y consumo de disolventes. El director de la planta de Bridgestone en Burgos, Javier Juárez, aseguró que “este reconocimiento es un estímulo para continuar trabajando en fomentar la economía circular. Un nuevo modelo de desarrollo bajo en carbono, más equilibrado, sostenible y responsable, basado en el respeto a los límites que nos
marca el planeta y de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por ONU.
Asimismo, Juarez avanzó que “seguiremos trabajando en este sentido, promoviendo la implementación de acciones orientadas a alcanzar mayores niveles de transparencia y buen gobierno, minimizando el impacto medioambiental y fomentando un crecimiento económico sostenible.”


Objetivo 50% de emisiones absolutas de CO2


El Grupo Bridgestone está dedicando sus esfuerzos a contribuir al desarrollo de una sociedad sostenible marcándose el objetivo de reducir para 2030 las emisiones absolutas de CO2 en un 50% con respecto a los niveles de 2011, y de ser neutrales en emisiones de carbono en 2050. Este compromiso se encuentra englobado dentro de su marco empresarial de sostenibilidad, y forma parte la hoja de ruta que guiará sus iniciativas.
Para ello, la factoría de Bridgestone en Burgos se ha aplicado en desarrollar una sólida estrategia ambiental y energética en sus operaciones diarias alineada con los objetivos corporativos, que abarca desde los procesos de fabricación, trabajando en ámbitos como la reducción de los consumos energéticos y de agua, la eliminación de los residuos y disolventes, hasta el compromiso de sus trabajadores fomentando hábitos sostenibles como, por ejemplo, el fomento de una movilidad responsable.
En relación a la economía circular, ha puesto en marcha varios proyectos que han permitido la minimización de los residuos de la fábrica y han sustituido, desde 2014, la eliminación de residuos en vertedero por otras más sostenibles como la reutilización, reciclado y valorización.

Además, en los últimos diez años ha reducido la generación del desperdicio del proceso productivo en un 15% y ha logrado mermar el consumo de agua en un 58%. También, desde 2018 a 2020 ha disminuido en un 20% la generación de residuos de caucho, un 10% en el consumo energético, un 9% en las toneladas de CO2 emitidas y un 70% en el consumo de disolventes.

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