La planta consolida su transformación tras un proceso de mejora continua iniciado en 2016.
La factoría ha alcanzado un hito crucial en su ambicioso proceso de transformación al alcanzar la fase 2 el programa BME (Bridgestone Manufacturing Excellence), consolidando su camino paera convertirse en una organización de alto rendimiento (HPO). Este proyecto, que comenzó en 2016, se ha centrado en la optimización de procesos y la mejora de la eficiencia operativa, logrando avances significativos en producción, calidad y seguridad.
La culminación de esta fase fue celebrada ayer con una visita a las instalaciones de Ahmed Boualam, Vicepresidente de Manufactura en EMEA; Krzysztof Nowaczyk, Director del BME en EMEA, además de diferentes miembros del equipo de Liderazgo europeo, que estuvieron acompañados por Gaizka Prieto, Director de Basauri y Usánsolo, así como de María Aldecoa, Directora de RR.HH de las plantas de Basauri y Usánsolo.
En este sentido, Gaizka Prieto, destacó la importancia de este logro: «Este avance no solo refleja la calidad técnica de nuestros procesos, sino también el esfuerzo y la dedicación de toda nuestra plantilla. Sin el compromiso de cada uno de nuestros trabajadores, este éxito no habría sido posible».
Ahmed Boualam, Vicepresidente de Manufactura en EMEA, también tuvo ayer unas palabras de elogio para el equipo de Basauri: «Esta factoría se ha convertido en un modelo a seguir dentro de la región. Su capacidad de adaptación y su espíritu de mejora continua son un ejemplo de cómo afrontar los retos de la industria con una visión estratégica clara».
El año 2018 marcó el primer gran salto al alcanzar la fase 1 del BME, un logro clave que sentó las bases para una transformación profunda en la cultura organizacional de la planta. Desde entonces, Basauri ha continuado su recorrido hacia la excelencia, integrando no solo mejoras técnicas, sino también un cambio cultural que fomenta la colaboración, la innovación y el compromiso entre todos los miembros del equipo.
Participación de los empleados
Lo más destacable de este proceso ha sido la implicación activa de los trabajadores, quienes han jugado un papel esencial en la implementación de las mejoras necesarias. El compromiso colectivo no solo ha sido vital para superar los retos que han surgido, sino que también ha reforzado el sentido de pertenencia tanto a la planta como a la compañía.
En este sentido, Krzysztof Nowaczyk, Director del BME en EMEA, subrayó la relevancia de la colaboración interna en este tipo de proyectos: «La planta es un claro ejemplo de cómo puede transformarse cuando se impulsa un cambio cultural desde dentro. El programa BME no es solo una cuestión de tecnología, es una apuesta por el talento y la capacidad de innovación de nuestros equipos».
El reciente avance a la fase 2 del BME coloca a la planta como un referente dentro de Bridgestone, demostrando que la capacidad de adaptación y el cambio continuo pueden ser motores de crecimiento. Esta efeméride subraya el compromiso de todos con la visión de futuro de la planta.